La década de los 80 fue una época dorada para el arte de las carátulas de discos, especialmente en la salsa. Las carátulas no solo eran llamativas, sino que capturaban la esencia vibrante y enérgica del género. Artistas como La Sonora Ponceña utilizaban diseños audaces y coloridos, reflejando tanto la música como la cultura de la época. Cada portada era una obra de arte que contaba una historia, a menudo llena de simbolismo y creatividad, y sigue siendo un testimonio visual de la rica herencia musical de ese tiempo.